miércoles, 30 de marzo de 2011

EFECTOS SOBRE EL ORGANISMO DE LOS IONES POSITIVOS Y NEGATIVOS

Fuente :

Efectos sobre el organismo.

ImageLos iones afectan de este modo al organismo:
1. Sistema respiratorio: Es la vía principal de absorción de iones, es muy sensible a cualquier alteración del equilibrio iónico. En las mucosas de la tráquea y los bronquios hay unos pequeños cilios o filamentos que vibran constantemente para limpiar el aire que inhalamos y filtrar los gérmenes microscópicos que haya en él.

Cuando la atmósfera está cargada de iones negativos, estos cilios mantienen su actividad vibratoria, eliminando las sustancias nocivas (polvo, polen, humo de tabaco, etc). Pero cuando son positivos esta función se altera y nuestro sistema respiratorio reacciona manifestando alergias, asma, bronquitis o, simplemente, sequedad de garganta.
2. Sistema nervioso: Un exceso de iones positivos o un déficit de iones negativos causa un aumento en la producción de serotonina, una hormona producida en la glándula pineal de todos los mamíferos y cuyo incremento provoca hiperactividad, estrés, agotamiento, insomnio, ansiedad e incluso depresión.
3. Sistema circulatorio: El incremento de serotonina que se produce ante el aumento de iones positivos, hace que los vasos sanguíneos se contraigan y circule menos sangre a través de ellos, algo que perjudica nuestra salud en general.
4. Actividad sexual: El predominio de iones negativos estimula la actividad sexual y favorece la fertilidad de hombres y mujeres. La causa fisiológica es que este tipo de iones reducen los niveles de serotonina, la cual produce estrés, el cual suele inhibir la libido y por tanto la actividad sexual.
5. Piel: Los iones negativos mejoran la epidermis al oxigenarla más y por tanto influyen benéficamente sobre alteraciones cutáneas como el acné, la psoriasis, urticaria, quemaduras, etc.
Efecto de los iones negativos del aire en la salud y el bienestar físico y mental.
Unos estudios realizados a principios de siglo demostraron que cuando el aire tiene una carga eléctrica excesivamente positiva (predominan las partículas con carga positiva sobre las de carga negativa) produce efectos perturbadores sobre nuestra la salud, en cambio, cuando predominan las cargas negativas, se favorece la relajación, y el buen funcionamiento de nuestro organismo. La experimentación con plantas y animales en una atmósfera sin electricidad estática demostraron que la electricidad estática es necesaria para la vida, ya que las plantas no se desarrollaban y algunos animales murieron al cabo de poco tiempo. El doctor Félix Gad Sulman, jefe del Departamento de Farmacología Aplicada de la Universidad Hebrea de Jerusalen, dijo:" Aunque el exceso de iones positivos en el aire afecta a todas las personas, hay una cuarta parte de la humanidad que es extraordinariamente sensible a su influencia; afectando sobre todo a los sistemas respiratorio, nervioso y hormonal". El doctor Albert Krueger, patólogo y bacteriólogo de la Universidad de Berkeley, California, después de investigar con plantas y animales, llegó a la conclusión de que los iones positivos afectan a la química de todos los organismos vivos, y que los iones negativos tienen los mismos efectos tranquilizadores y de reducción de la serotonina pero sin las consecuencias perjudiciales de los tranquilizantes químicos.

Iones con carga positiva (+).

Respirar aire cargado positivamente (con predominio de las cargas positivas) puede producir dolores de cabeza, depresión, irritabilidad, letargo, insomnio, migraña, malestar general, y enfermedades respiratorias.
Fuentes Naturales:
• Elementos naturales radioactivos.
• En las horas anteriores a las tormentas hay una mayor cantidad de iones positivos de la atmósfera.
• Cuando la luna está más próxima a la Tierra (Luna llena) incrementa la cantidad de iones positivos de la atmósfera.
• Los vientos procedentes de zonas secas transportan iones positivos.

Fuentes Artificiales:
• Contaminación atmosférica.
• Aire Acondicionado.
• Fibras Sintéticas.
• Pantallas de Ordenador (Computadora) y TV, (de tubo de rayos catódicos, TRC).

Iones con carga negativa (-).

Las partículas de aire cargadas negativamente (con predominio de iones negativos) produce los siguientes efectos:
• Despeja la mente.
• Facilita la relajación.
• Mejoras en enfermedades respiratorias.
• Aumenta la capacidad de reacción visual.
• Disminución de lípidos y colesterol.
• Disminuye la agresividad y la ansiedad.
• Regula la tensión arterial.
• Efectos analgésicos.
• Reducción de las alergias.
• Rejuvenecimiento físico y mental.
• Recuperación de la memoria.
• Mejora del aparato digestivo.
• Limpia el aire de bacterias, humo, polen y polvo.
• etc.
Las fuentes naturales donde se encuentran son por ejemplo, el aire de las montañas y las costas que contiene muchos iones negativos, la función clorofílica de las plantas tambien lo producen, la formación de pequeñas gotas de agua sometida a una fuerte agitación (lluvia, olas del mar, cascadas) tambien libera electrones gracias al Efecto Lenard.
El efecto Lenard corresponde a una manifestación triboeléctrica: describe la aparición de cargas eléctricas en el aire debido a la pulverización del agua. Lo habitual es que el aire adquiera carga negativa, puesto que las cargas positivas caen junto con gotas de gran tamaño formadas por coalescencia. De ahí que este fenómeno se denomine también electricidad de cascada o de pulverización. Se origina con la aparición de capas eléctricas dobles en la superficie de las gotas que se rompen por la fricción con el aire.
Aunque tambien tenemos fuentes artificiales o aparatos ionizadores. Estos aparatos proporcionan un flujo constante de iones negativos.

Efectos según la cantidad de iones negativos (por c.c.):

0-100
Dificultad de concentración, crecimiento de virus y gérmenes.
500-1000 Aire normal en un edificio con las ventanas abiertas cuando la contaminación es baja
1000-5000 Aire fresco del campo, nivel mínimo que debería tener una vivienda, dormitorio o lugar de trabajo
5000 Aire excepcionalmente fresco y limpio
>50000 Aire puro, muy estimulante y relajante, los gérmenes no pueden vivir en este ambiente

Concentración de iones negativos (por c.c.) en distintos emplazamientos:

0-250
Edificios de oficinas cerrados herméticamente con aire acondicionado y calefacción central.
0-250 Ambiente interior con humo.
20-250 En el interior de un avión.
250-500 Ambiente interior normal.
250-750 Ambiente urbano en una ciudad industrial.
1000-2000 Ambiente del campo.
1000-5000 Ambiente de montaña.
2500-10000 Olas del océano.
5000-20000 En el interior de cuevas.
25000-100000 Cascadas.

martes, 29 de marzo de 2011

SONIDOS PARA EL ALMA


Para relajarte.
Las canciones pasan automática o manualmente.

 
65 piezas de música instrumental para guardar en Favoritos.
Se puede oír la elegida o dejar pasar automáticamente de la primera a la última.
   
 


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domingo, 27 de marzo de 2011

Los Niños Indigo: Presagio de la Nueva Era

A partir de la década del 80 comenzaron a llegar, cada vez más. Son niños espectaculares. Cada día es más gente la que está convencida de que están llegando para ayudar a la transformación social, educativa, familiar y espiritual de todo el planeta, independientemente de las fronteras y de las clases sociales. Son como catalizadores para desencadenar las reacciones necesarias para las transformaciones que se esperaban desde hace miles de años para este nuevo milenio.
Estos niños y niñas poseen una estructura cerebral diferente en lo que se refiere al uso de los potenciales de los hemisferios izquierdo (menos) y derecho (más). Esto significa que ellos van más allá del plano intelectual, estando el foco de su brillo en el plano de la acción. Ellos exigen del ambiente que los rodea ciertas características que no son comunes ni auténticas en las sociedades actuales. Ellos nos ayudarán a destituir dos paradigmas de la humanidad:
   1. Nos ayudarán a disminuir el distanciamiento entre PENSAR y ACTUAR. Hoy en nuestra sociedad todos saben lo qué está bien o mal. Sin embargo, frecuentemente actuamos diferentemente a cómo pensamos. Estos niños van a inducirnos a disminuir este distanciamiento, generando así una sociedad más auténtica, transparente, verdadera, con mayor confianza en nuestras relaciones.
   2. Ellos también nos ayudarán a mudar el foco del YO hacia el PRÓJIMO, inicialmente a partir del restablecimiento de la autenticidad y la confianza de la humanidad, que son requisitos previos para que podamos respetar y considerar más al PRÓJIMO que a nosotros mismos. Como consecuencia, disminuirán el Egoísmo, la Envidia, las Exclusiones, resultando en una mayor solidaridad y equidad en la distribución de la riqueza.
Te puedes preguntar: ¿Cómo van a hacer semejante transformación estos niños? A través del cuestionamiento y la transformación de todas las instituciones rígidas que los rodean. Comenzando por la Familia, que hoy se basa en la imposición de reglas, sin tiempo de dedicación, sin autenticidad, sin explicaciones, sin información, sin elección ni negociación. Estos niños simplemente no responden a estas estructuras rígidas, porque para ellos es imprescindible tener opciones, relaciones verdaderas y mucha negociación. Ellos no aceptan ser engañados porque tienen una “intuición” para percibir las verdaderas intenciones, y no tienen miedo. Por lo tanto, intimidarlos no da resultado, porque ellos siempre encontrarán una manera de obtener la verdad. Ellos perciben las verdaderas intenciones y las debilidades de los adultos.
La segunda institución vulnerable a la acción de los Índigos es la Escuela. Hoy el modelo de enseñanza es siempre impuesto, sin mucha interacción, sin escuchar y sin la participación de los estudiantes. Este modelo es simplemente incompatible con los Índigos, siendo por lo tanto el mayor conflicto, muchas veces superior al que hay con la familia, principalmente por la falta de vínculos afectivos y amor. Como los Índigos poseen una estructura mental diferente, resuelven problemas conocidos de una manera diferente, más allá de encontrar formas diferentes de razonamiento que sacuden el modelo educativo actual.
El tema de los Niños Índigo es fascinante y relativamente nuevo en el campo de la investigación. Presentaremos aquí un resumen del libro The Indigo Children (Los Niños Índigo), escrito por Lee Carroll y Jan Tober, que fue publicado por primera vez en Mayo de 1999, y que ya fue traducido al español.
¿Qué es un Niño Índigo?
Un niño índigo es aquél que muestra una nueva y poco usual serie de atributos psicológicos con un patrón de comportamiento no documentado aún. Este patrón tiene factores comunes y únicos que sugieren a quienes interactúan con los niños (los padres en particular) que deben cambiar la forma de tratarlos y de criarlos para poder lograr un equilibrio adecuado. Ignorar estos nuevos patrones de comportamiento es crear desequilibrio y gran frustración potenciales en la mente de estas preciosas nuevas vidas.
Hay varias clases de Niños Índigo, pero en la siguiente lista están dados algunos de los patrones de comportamiento más comunes:
    * Ellos vienen a este mundo con un sentimiento de realeza (y frecuentemente se comportan de ese modo).
    * Ellos tienen la sensación de “merecer estar aquí” y se sorprenden cuando otros no comparten eso.
    * La autoestima no es para los niños índigo un gran tema de preocupación. Con frecuencia les dicen a sus padres “quiénes son ellos”.
    * Ellos tienen dificultad en aceptar una autoridad absoluta sin ninguna explicación y sin alternativa.
    * Ellos simplemente no harán ciertas cosas; por ejemplo: esperar en una fila es muy difícil para ellos.
    * Se frustran con sistemas rituales que no requieren pensamiento creativo.
    * Con frecuencia ellos encuentran mejores formas de hacer las cosas, tanto en casa como en la escuela, lo que los hace parecer rebeldes, inconformes con cualquier sistema.
    * Parecen antisociales a menos que se encuentren entre niños de su misma clase. Si no hay otros con un nivel de consciencia similar, a menudo se tornan introvertidos, sintiendo que ningún ser humano los entiende. La escuela a menudo es muy difícil para ellos desde el punto de vista social.
    * Ellos no son tímidos a la hora de expresarle a usted lo que necesitan. No responderán a la disciplina de “culpa” (”espera que tu padre llegue a casa y se entere de lo que has hecho”).
La expresión “Niños Índigo” viene del color del aura de estos niños. Existe una amiga de los autores, que ellos conocieron a mediados de los años 70, llamada Nancy Ann Tappe. Nancy fue autora del libro llamado Understanding Your Life Through Color (Entendiendo tu vida a través del color). En este libro aparecen los primeros datos acerca de lo que ella llamó “Niños Índigo”.
¿Cómo ve ella los colores? ¿Cuán preciso es eso? Nancy ha sido diagnosticada con una situación en que dos de sus sistemas neurológicos se cruzan, y eso hace que ella pueda ver literalmente el aura humana. Ella ve campos electromagnéticos, los colores y las frecuencias.
Tipos de Niños Índigo
Hay cuatro tipos diferentes de Índigos, cada uno con un propósito:
1. El humanista: el primero es el Índigo humanista que está destinado a trabajar con las masas. Ellos son los médicos, abogados, profesores, comerciantes, ejecutivos y políticos del mañana. Ellos servirán a las masas y son muy hiperactivos y extremadamente sociables. Ellos hablarán con todo el mundo, siempre en forma muy, pero muy amigable. Ellos son torpes y muy hiperactivos. Algunas veces se estrellarán contra una pared porque olvidaron poner los frenos. Ellos no saben cómo jugar con un juguete, pero le sacarán todas las partes que contengan y probablemente después no lo vuelvan a tocar. Son del tipo de persona al que hay que recordarles las cosas permanentemente, porque a menudo se olvidan de las órdenes simples y se distraen. Son lectores feroces.
2. El conceptual: Los Índigos conceptuales están más interesados en proyectos que en personas. Ellos serán los ingenieros, arquitectos, diseñadores, astronautas, pilotos y militares del mañana. Ellos no son torpes, por el contrario, son niños muy atléticos. Son controladores y la persona que más tratan de controlar es a su madre si son niños, y a su padre si son niñas. Este tipo de Índigo tiene tendencia a la adicción, especialmente a drogas durante la adolescencia. Sus padres deben vigilar estrechamente sus patrones de comportamiento.
3. El artista: El Índigo Artista es mucho más sensible y su cuerpo a menudo es más pequeño, aunque eso no es una regla general. Están más inclinados hacia el arte, son muy creativos y serán los profesores y artistas del mañana. Sea lo que sea a lo que se dediquen, siempre estarán orientados hacia el lado creativo. Dentro del campo de la medicina, serán cirujanos o investigadores. En el campo de las artes, serán los actores. Entre los 4 y los 10 años, ellos pueden involucrarse en hasta 15 actividades creativas diferentes, le dedicarán 5 minutos a una y luego la abandonarán.
4. El interdimensional: El Índigo interdimensional es mucho más grande que los demás índigos, desde el punto de vista de la estatura. Entre los 1 y 2 años ya no les podrá decir nada. Ellos dirán: “Yo ya lo sé” o “Yo puedo hacer eso”, o “Déjame sólo”. Son ellos quienes traerán nuevas filosofías y espiritualidad a este mundo. Pueden llegar a convertirse en bravucones y jactanciosos porque son mucho más grandes y también porque no encajan en ningún patrón de los otros 3 tipos.
Características para identificar a los Niños Índigo:
Los autores enumeran las siguientes características para ayudar a identificar si su niño es un Índigo:
    * Tiene gran sensibilidad
    * Tiene energía en exceso
    * Se distrae fácilmente o tiene bajo poder de concentración.
    * Necesita adultos emocionalmente estables y seguros a su alrededor
    * Se resiste a la autoridad si ésta no está democráticamente orientada
    * Prefiere otras formas de aprendizaje –para la lectura y las matemáticas en particular.
    * Puede frustrarse fácilmente porque tiene grandes ideas pero pocos recursos o personas dispuestas a ayudarle a realizarlas
    * Aprende a un nivel exploratorio, y se resiste a memorizar mecánicamente o a ser un mero oyente.
    * No dura mucho tiempo sentado a menos que esté absorto en un tema de su interés.
    * Es muy compasivo y tiene muchos miedos, tales como a la muerte y a la pérdida de sus seres queridos.
    * Si experimenta fracasos o decepción a edad muy temprana, puede desistir y desarrollar un bloqueo permanente.
Algunas frases extraídas del libro
“Muchas personas tienen dificultad en relacionarse con estos emisarios, porque se acercan a ellos con creencias y normas preconcebidas que los niños no comparten.”
“Los niños son todo lo que necesitan ser. Son ellos mismos. Dejémoslos solos para que puedan ser exactamente lo que son.”
Problemas que los Índigos pueden experimentar
    * Exigen mucha atención y sienten que la vida es demasiado valiosa para dejarla pasar. Quieren que las cosas sucedan y con frecuencia fuerzan una situación a fin de obtener lo deseado.
    * Pueden llegar a irritarse emocionalmente por quienes no entienden el fenómeno Índigo. Ellos no pueden entender por qué las personas operan en modalidades no basadas en el amor. Aún así, son extremadamente resistentes y hábiles para ayudar a niños necesitados aunque su ayuda a menudo sea rechazada. En la juventud pueden tener problemas de adaptación con otros niños.
    * Los Niños Índigo a menudo son diagnosticados con desórdenes de atención (ADD – Attention Deficit Disorder) o alguna forma de hiperactividad.
¿Qué podemos hacer?
Hay algunas reglas básicas que debemos tener en cuenta para no perdernos el brillo de estos niños.
    * Trate a los Índigo con respeto – Honre su existencia en la familia.
    * Ayúdelos a crear sus propias soluciones disciplinarias.
    * Siempre deles a elegir.
    * Nunca los desprecie ni los haga sentir pequeños
    * Explíqueles siempre el por qué de las instrucciones que usted da. Escuche esas explicaciones. No use la estúpida frase de: “porque yo lo digo”. Si usted usa semejantes expresiones, entonces reconsidere sus instrucciones y corríjalas. Ellos la/lo respetarán por ello y esperarán. Pero si usted les da órdenes autoritarias y dictatoriales, sin bondad ni razones sólidas, estos niños lo derrotarán. Simplemente no obedecerán o, lo que es peor, le darán una lista de razones que descalifican sus intenciones. La honestidad vencerá como nunca antes.
    * Conviértalos socios en su propia crianza.
    * Desde la temprana infancia explíqueles todo lo que usted está haciendo. Tal vez ellos no entiendan, pero ellos percibirán su consciencia y su honra por ellos.
    * Proporciónele seguridad cuando usted le brinde apoyo. Evite críticas negativas. Siempre hágales saber que usted los apoyará en todo momento. Ellos crecerán de acuerdo a sus verbalizaciones y lo sorprenderán en el proceso. No los haga hacer simplemente, sino permita que ellos lo hagan con apoyo.
    * No les diga quiénes son, ni quiénes serán en el futuro. Déjelos que ellos decidan lo que les interesa. No los fuerce a que entren en el oficio familiar o en algún tipo de negocio porque la familia lo haya estado haciendo durante generaciones. Estos niños no serán seguidores en absoluto.
Consejos para la relación con Índigos
    * Los Índigo son abiertos y honestos – esto no es una debilidad, sino su mayor fortaleza. Si no son honestos y abiertos con ellos, ellos seguirán siendo los mismos con ustedes: sin embargo, no los respetarán.
    * El aburrimiento puede traer arrogancia en los Índigos, así que no dejen que se aburran. Si actúan con arrogancia, significa que necesitan un nuevo desafío y nuevos límites. Alimente sus cerebros y manténgalos ocupados de la mejor forma posible.
    * Los padres, maestros y auxiliares tienen que ser capaces de establecer y mantener límites claros, y sin embargo, lo suficientemente flexibles para cambiar y ajustar esos límites cuando sea necesario, basados en el crecimiento emocional/mental, pues los Índigos crecen rápido. Ser firmes, pero justos, es necesario para el bien de ellos y el nuestro.
    * El mensaje dado y transmitido por los adultos debe ser más placentero que doloroso, y más basado en el amor que en el miedo.
    * Mantenga al niño informado e involucrado en los asuntos.
    * Evite malentendidos simplemente dando explicaciones.
    * No pierda la paciencia con su niño.
    * Evite dar órdenes (verbos en imperativo). En vez de usar órdenes verbales, use el tacto para llamar su atención. Ellos son muy sensibles al contacto (toque en el hombro, apretón de manos, abrazo, etc.)
    * Mantenga su palabra
    * Negocie en cada situación.
    * No esconda nada ni use lenguaje ofensivo.
    * Deje que sus emociones le muestren amor, y no odio.
    * Discuta la situación generadora de la reprimenda después de ésta.
    * Después de todo, siempre acérquesele al niño y vea si hubo un aprendizaje y crecimiento tras la reprimenda.
    * Importante: Recuerde que el castigo no funcionará con estos niños. El castigo es diferente de la reprimenda. El castigo está basado en la culpa, mientras que la reprimenda se basa en un crecimiento o mejoramiento.
      Problemas de los métodos educacionales en las escuelas
En la educación y al elegir una escuela, debemos tener en mente que debemos enseñar a los niños CÓMO pensar y no QUÉ pensar. Nuestro papel no es transmitir conocimiento, sino transmitir sabiduría. La sabiduría es el conocimiento aplicado. Cuando le damos a los niños sólo conocimiento, les estamos diciendo qué pensar, lo que supuestamente deben conocer y lo que queremos que ellos crean como verdad.
Cuando les transmitimos sabiduría a los niños, no les estarnos diciendo lo que deben pensar o lo que es verdad. En cambio, les decimos a ellos cómo hacer para encontrar su propia verdad. Por supuesto, no podemos ignorar el conocimiento cuando enseñamos sabiduría, porque sin conocimiento no hay sabiduría. Una cierta cantidad de conocimiento debe pasar de una generación a la siguiente, pero debemos permitir que los niños la descubran por sí mismos. El conocimiento con frecuencia se pierde, pero la sabiduría nunca se olvida.
Los viejos patrones de energía se basan en la creencia fundamental de que los niños son simples vasos vacíos que deben ser llenados de conocimiento por expertos, los profesores. Los profesores utilizan técnicas de avergonzar y comparar a los estudiantes, con la idea de que eso les dará motivación. En esta atmósfera, cualquier niño que no encaja en el modelo es considerado un niño problemático.
El problema con este sistema es que los niños aprenden a suplir su necesidad de atención y reconocimiento de forma negativa.
Cuestiones de salud
Existen duras disfunciones claramente asociadas con los Índigos: Desorden de Déficit de Atención –ADD (Attention Deficit Disorder)–, y Desorden Hiperactivo de Déficit de Atención –ADHD (Attention Deficit Hyperactive Disorder). Los índigos son frecuente y erróneamente diagnosticados con ADHD o ADD porque se niegan a obedecer. Cuando vemos una película de Clint Eastwood, aplaudimos su rebeldía. Sin embargo, cuando este mismo espíritu se evidencia en nuestros hijos, nosotros les damos drogas. Pero es importante resaltar que no todos los Niños Índigo tienen ADD o ADHD, y que no todos los niños con ADD o ADHD son Índigos.
de Johnny del equipo del Coach Diego Katzman
www.secretia.com
www.secretiam.com/riquezaabsoluta
Los Niños Indigo: Presagio de la Nueva Era

viernes, 25 de marzo de 2011

Xibalbá


 
Xibalbá, el inframundo maya

Los antiguos mayas desarrollaron una complejísima mitología, plagada de seres divinos y sobrenaturales, cuyas acciones influían de forma irremediable en la naturaleza y los seres humanos. Estas divinidades mayas eran seres muy poderosos, aunque no omnipotentes, pues estaban marcadas, al igual que los hombres, por ciertas limitaciones físicas como la sed o el hambre, que sólo podían ser satisfechas mediante la acción humana (generalmente mediante sacrificios de sangre). Pero además, el panteón maya estaba compuesto por deidades sometidas a pasiones semejantes a las de los simples mortales, dando rienda suelta por ejemplo, a la ira o la rabia.
Entre el amplio abanico de dioses, en el que destacan el dios celeste Itzam Na o Itzamná, el astro rey Kinich Ahaw, la diosa Luna Ixchel o el señor de la lluvia Chac, sobresalen también otro grupo de dioses terrestres, vinculados a las entrañas de la tierra y al Inframundo, “el lugar del Temor”. Y es, precisamente este aspecto de la religiosidad maya, uno de los más apasionantes de dicha civilización: su llamativo interés y fascinación por el “Otro Mundo”, en torno al cual tejieron multitud de ritos, creencias y costumbres.
LOS DOMINIOS DEL INFRAMUNDO
Para los antiguos mayas, la muerte no era el fin definitivo de la existencia, sino que creían que el alma del difunto se trasladaba al Inframundo (llamado
Xibalbá por los quichés y Metnal por los yucatecos). Aquel otro mundo se ubicaba en las entrañas de la tierra, bajo la selva y más allá de las masas de agua, constituyendo una especie de reflejo siniestro del mundo de los vivos. Sin embargo, a pesar de este carácter “oscuro”, no sería un equivalente del infierno judeocristiano, pues el alma no recala allí a modo de castigo, sino que es su destino lógico. Este “otro mundo” es, en definitiva, la región de los muertos, la esfera de los dioses y los antepasados, que al morir se convertían ellos mismos en divinidades.
Representación del dios Itzam na. Crédito: Wikipedia.
En su inquietante periplo por el Inframundo, descrito en el Popol Vuh (el Libro del Consejo de los mayas quichés), los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué (como veremos más adelante) recorren un escenario siniestro y lleno de peligros. No es de extrañar, pues Xibalbá está dominado por terribles moradores. Según el Popol Vuh, los soberanos del Inframundo son Hun Camé y Vucub Camé (Uno Muerte y Siete Muerte). Junto a ellos, descubrimos siete parejas de divinidades, encargadas de acabar con la vida humana en la tierra. Ahalpuh y Ahalcaná (Productor de pus y Productor de bilis), tenían la función de “hinchar a los hombres y hacerles brotar pus”. Xquiripat y Cuchumaquic (Lazo corredizo y Jefe de la sangre), provocaban “derrames de sangre en los hombres”. Por su parte, Quicxic (Halcón de sangre) y Patan (el Cazador), sorprendían a los “hombres en los caminos, haciéndoles llegar la sangre a la boca hasta que morían vomitando sangre”. Y así, hasta completar la lista de siete parejas de dioses dotados de nombres sorprendentes y macabros.
Otros textos mayas, como el Chilam Balam de Chumayel (El Libro de las cosas ocultas), mencionan a otras divinidades de la región de los muertos. La denominación más habitual es la de Kisín, “el flatulento”, apelativo que hacía alusión a la fetidez que emanaba, propia de la muerte. A pesar de ser la morada de los difuntos, el Inframundo no era una región “estanca”. De hecho, los mayas creían que, en ocasiones, los fallecidos podían regresar al mundo de los vivos, interviniendo en los asuntos de éstos. Estas “visitas” aparecen reflejadas en algunas representaciones artísticas como, por ejemplo, en el llamado dintel 15 de Yaxchilán, donde se muestra a una mujer que presencia la aparición de un muerto, acompañado de una serpiente de gran tamaño que alude a su procedencia.
Dintel 15 de Yaxchilán. © British Museum.
Del mismo modo, los vivos también pueden realizar el viaje inverso, adentrándose temporalmente en el territorio de las tinieblas, especialmente durante los sueños o mediante del uso de drogas alucinógenas (ver anexo).
Esta comunicación es posible, entre otras cosas, por la existencia de vías de entrada y salida al Inframundo. Algunas de ellas son ciertos templos, como los denominados teratomorfos que abundan en la península del Yucatán. Estas construcciones se asemejaban a grutas artificiales –las cuevas se consideraban entradas a Xibalbá, al igual que lagos o cenotes– y penetrando en ellos se podía entrar en contacto con dioses y antepasados.
Otros edificios, de estructura laberíntica, habrían jugado un papel simbólico similar. En este caso podrían haber actuado como escenarios para el descenso ritual de los gobernantes mayas a Xibalbá, como explica el experto español Manuel Rivera Dorado. Estas ceremonias tendrían por objeto rememorar el descenso de los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué lo que les permitiría obtener una forma de legitimar su poder.
RITOS FUNERARIOS
Los arqueólogos encargados de estudiar los vestigios de las costumbres mortuorias de los antiguos mayas se han tenido que enfrentar a la dificultad que constituye la enorme variedad de tipologías de enterramientos. Los mayas practicaban tanto la inhumación como la cremación, y las variedades de las tumbas van desde simples agujeros en la tierra hasta ricas cámaras mortuorias. Algo similar ocurre con las posturas que presentan los cadáveres, colocados de mil formas diferentes.

De todos modos, y a pesar de esta gran diversidad, los estudiosos han podido determinar ciertas características. Generalmente, los difuntos eran enterrados en su propia vivienda o en los lugares donde habían ejercido su trabajo. En otros casos, han detectado varias fases en los enterramientos, que incluso podrían estar separadas por años. Primero se realizaría un entierro inicial para, años después, llevar a cabo el definitivo, que podría acompañarse de una limpieza de la osamenta, eliminando restos de carne y otras adherencias.
Paralelamente, en algunos enterramientos es frecuente encontrar diversos objetos que formarían parte del ajuar mortuorio, lógicamente con algún significado simbólico relacionado con la otra vida. Una de las piezas encontradas de forma recurrente consiste en una máscara (de jade, estuco o madera) que se colocaba sobre el rostro del difunto. Según los estudiosos, estas máscaras podrían haber servido para aludir al cambio de condición de su portador (de la vida terrena a la “subterránea”), constituyendo una especie de ceremonia de regeneración.
Templo de las Inscripciones, en Palenque, bajo el que se encontró la tumba del rey Pacal. Crédito: Wikipedia.
Otro de los objetos encontrados habitualmente junto a los difuntos, en ocasiones en gran número, es el espejo. En la compleja religiosidad maya, estos “mágicos” utensilios, capaces de reflejar las imágenes, constituían un inmejorable medio de contacto con Xibalbá, al que al mismo tiempo simbolizaban.
Todo parece indicar que este tipo de ritos funerarios estarían enfocados a favorecer el viaje del difunto al más allá, una circunstancia que algunos investigadores han comparado con las prácticas funerarias egipcias, donde también resultaban indispensable seguir correctamente una serie de pasos que garantizaban un exitoso viaje del difunto al más allá.
En muchas ocasiones, se han descubierto de forma paralela restos de otros difuntos junto al “principal”. Al parecer, estos cadáveres “secundarios” pertenecían a personas sacrificadas con la finalidad de que el difunto gozara de un acompañante en su viaje al Otro Mundo, como sucede en la tumba del rey Pacal de Palenque.
En otros casos, los fallecidos no se hacían acompañar en su viaje al más allá por víctimas de sacrificios, sino que contaban con el auxilio de habitantes del Inframundo, conocidos como wayob (literalmente, “espíritus compañeros”).
Estos seres residentes en Xibalbá no son dioses, ni tampoco espíritus comunes, pero su carácter sagrado les permite auxiliar al alma del difunto durante las distintas pruebas a las que se ve sometido en su viaje. En opinión de los especialistas en mitología y religiosidad maya, los wayob son espíritus protectores que actúan como psicopompos (guías de almas), dirigiendo a los fallecidos y haciéndoles comprender dónde se encuentran y cuál es su nuevo estado.
EL JUEGO DE PELOTA
Podría dar la impresión de que un juego practicado en una especie de cancha, en el que los participantes golpean una pelota de caucho para hacerla pasar por un aro de piedra, era un simple divertimento para los antiguos mayas, similar a nuestros deportes actuales. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. El llamado “juego de pelota” fue el rito religioso más importantes de los antiguos mayas, pues constituía una representación simbólica de uno de los relatos sagrados clave de esta civilización, íntimamente relacionado, de nuevo, con el Inframundo.

Según el Popol Vuh, dos hermanos divinos llamados Hun Hunaihpú (Uno cerbatana) y Vucub Hunaihpú (Siete cerbatana) estaban obsesionados con el juego de pelota, y pasaban horas y horas practicándolo. Un día causaron tanto alboroto con su juego que molestaron a los señores del Inframundo, quienes les retaron a descender para jugar con ellos. Tras una serie de pruebas a las que fueron sometidos, los dos hermanos murieron asesinados.
Recreación actual del juego de pelota. Crédito: Wikimedia Commons.
La cabeza de Hun Hunaihpú fue colgada de un árbol y los señores del reino de la muerte prohibieron tajantemente tocar sus frutos.
Sin embargo, la joven Ixchiq, hija de un señor de la muerte, se acercó un día al árbol y la cabeza de Hun Hunaihpú le escupió en una mano, dejándola embarazada. Temiendo la ira de su padre, Ixchiq escapó a la superficie, donde dio a luz a dos hijos: Hunahpú e Ixbalanqué. Éstos heredaron la pasión de su padre y su tío por el juego de pelota, y la historia volvió a repetirse. Un día, mientras jugaban, los señores del Inframundo les retaron a competir con ellos, y en su descenso fueron igualmente sometidos a distintas pruebas. A diferencia de lo que ocurrió con su padre, los gemelos lograron superar las trampas gracias a su ingenio y, tras realizar varios milagros, derrotaron y mataron a Uno Muerte y Siete Muerte, asesinos de su progenitor. Tras la victoria fueron ascendidos al cielo, convirtiéndose en el Sol y la Luna.
El relato de este particular descenso a los infiernos –como otros similares existentes en diversas culturas– constituye un auténtico viaje iniciático, durante el cual los aspirantes adquieren un conocimiento oculto, obtenido tras superar una serie de pruebas.
De este modo, cuando los antiguos mayas celebraban el juego de pelota, estaban rememorando el episodio mítico relatado en el Popol Vuh. No se sabe con certeza cuántos jugadores participaban en él, ni tampoco los detalles y reglas exactas de la competición, pero las representaciones artísticas conservadas y otros textos han permitido conocer algunas de sus características.
Así, se sabe que en ocasiones se arrojaban prisioneros desde lo alto de la cancha, a modo de sacrificio, o que a veces los propios reyes participaban en la macabra competición, simbolizando a los héroes gemelos, descendiendo al Inframundo y saliendo victoriosos del reino de la muerte. De este modo, vencían a la muerte misma.
La relación del juego con lo macabro no terminaba aquí, pues a menudo tras el partido se decapitaba a algunos de los jugadores. Un sangriento sacrificio que cumplía una función fertilizante y regeneradora.
ANEXO
SACRIFICIOS DE SANGRE
En la compleja mitología maya, los dioses poseían un poder limitado. Para subsanar esta carencia decidieron crear al hombre, que con sus ofrendas, oraciones y sacrificios les garantizaban el alimento y el sustento necesario para regenerar y sostener el cosmos.

Escena del film Apocalypto. © Touchstone Pictures.
Bajo esta concepción, los antiguos mayas no dudaban en derramar sangre –la de prisioneros o la suya propia– con la intención de satisfacer a los dioses y garantizar la continuidad del mundo. Los autosacrificios eran moneda común entre los mayas, quienes no dudaban en mortificarse atravesando partes de su cuerpo como las extremidades, la lengua o, más especialmente, los órganos sexuales, donde se creía que residía la sangre más fértil. Normalmente esta sangre se derramaba sobre papeles que se quemaban, de modo que el humo de la combustión elevara la ofrenda hasta los dioses.
En otros casos, los campesinos derramaban sangre sobre sus cosechas, con la esperanza de lograr la fertilidad en sus sembrados. Si lo que se deseaba era atraer a las lluvias, solía arrojarse a las víctimas a lagos o cenotes.
A menudo, los dioses requerían grandes cantidades de sangre para que el cosmos siguiera su curso normal, por lo que se realizaban sacrificios humanos múltiples, generalmente degollando a las víctimas. Si éstas eran prisioneros de guerra, solía procederse a extraerles el corazón previa sedación.
En el caso de los prisioneros sacrificados, su sangre poseía más valor si tenían un rango o status elevado, y algo sucedía con los autosacrificios de los monarcas: su sangre se consideraba mucho más poderosa que la del común de los mortales.
ANEXO
DROGAS PARA CONTACTAR CON LOS MUERTOS
Al igual que otras muchas culturas, los mayas se sirvieron del uso de drogas y bebidas alcohólicas para la celebración de ritos religiosos en los que se propiciaban estados alterados de conciencia. Por norma general, estos rituales tenían un carácter orgiástico, cuya finalidad era abandonar el mundo terrenal para adentrarse en las tinieblas del territorio de los muertos y los dioses, y recabar así su ayuda.

Entre las sustancias ingeridas se contaba el alcohol –en forma de balché, compuesto de agua, miel y la corteza de un árbol–, ciertos hongos alucinógenos y otras sustancias psicoactivas similares al LSD. Durante estas bacanales, a menudo celebradas en cuevas –como ya vimos, entradas al Inframundo– los participantes sentían que el alma abandonaba sus cuerpos y entraban en contacto con los antepasados y los dioses, a quienes acudían en busca de consejo.
BIBLIOGRAFÍA:
-RIVERA DORADO, Miguel. El pensamiento religioso de los antiguos mayas. Ed. Trotta. Madrid, 2006.
-RIVERA DORADO, Miguel.
Popol Vuh: relato maya sobre el origen del mundo. Ed. Trotta. Madrid, 2008.







































































Xibalbá, el inframundo maya
Los antiguos mayas desarrollaron una complejísima mitología, plagada de seres divinos y sobrenaturales, cuyas acciones influían de forma irremediable en la naturaleza y los seres humanos. Estas divinidades mayas eran seres muy poderosos, aunque no omnipotentes, pues estaban marcadas, al igual que los hombres, por ciertas limitaciones físicas como la sed o el hambre, que sólo podían ser satisfechas mediante la acción humana (generalmente mediante sacrificios de sangre). Pero además, el panteón maya estaba compuesto por deidades sometidas a pasiones semejantes a las de los simples mortales, dando rienda suelta por ejemplo, a la ira o la rabia.
Entre el amplio abanico de dioses, en el que destacan el dios celeste Itzam Na o Itzamná, el astro rey Kinich Ahaw, la diosa Luna Ixchel o el señor de la lluvia Chac, sobresalen también otro grupo de dioses terrestres, vinculados a las entrañas de la tierra y al Inframundo, “el lugar del Temor”. Y es, precisamente este aspecto de la religiosidad maya, uno de los más apasionantes de dicha civilización: su llamativo interés y fascinación por el “Otro Mundo”, en torno al cual tejieron multitud de ritos, creencias y costumbres.
LOS DOMINIOS DEL INFRAMUNDO
Para los antiguos mayas, la muerte no era el fin definitivo de la existencia, sino que creían que el alma del difunto se trasladaba al Inframundo (llamado
Xibalbá por los quichés y Metnal por los yucatecos). Aquel otro mundo se ubicaba en las entrañas de la tierra, bajo la selva y más allá de las masas de agua, constituyendo una especie de reflejo siniestro del mundo de los vivos. Sin embargo, a pesar de este carácter “oscuro”, no sería un equivalente del infierno judeocristiano, pues el alma no recala allí a modo de castigo, sino que es su destino lógico. Este “otro mundo” es, en definitiva, la región de los muertos, la esfera de los dioses y los antepasados, que al morir se convertían ellos mismos en divinidades.
Representación del dios Itzam na. Crédito: Wikipedia.
En su inquietante periplo por el Inframundo, descrito en el Popol Vuh (el Libro del Consejo de los mayas quichés), los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué (como veremos más adelante) recorren un escenario siniestro y lleno de peligros. No es de extrañar, pues Xibalbá está dominado por terribles moradores. Según el Popol Vuh, los soberanos del Inframundo son Hun Camé y Vucub Camé (Uno Muerte y Siete Muerte). Junto a ellos, descubrimos siete parejas de divinidades, encargadas de acabar con la vida humana en la tierra. Ahalpuh y Ahalcaná (Productor de pus y Productor de bilis), tenían la función de “hinchar a los hombres y hacerles brotar pus”. Xquiripat y Cuchumaquic (Lazo corredizo y Jefe de la sangre), provocaban “derrames de sangre en los hombres”. Por su parte, Quicxic (Halcón de sangre) y Patan (el Cazador), sorprendían a los “hombres en los caminos, haciéndoles llegar la sangre a la boca hasta que morían vomitando sangre”. Y así, hasta completar la lista de siete parejas de dioses dotados de nombres sorprendentes y macabros.
Otros textos mayas, como el Chilam Balam de Chumayel (El Libro de las cosas ocultas), mencionan a otras divinidades de la región de los muertos. La denominación más habitual es la de Kisín, “el flatulento”, apelativo que hacía alusión a la fetidez que emanaba, propia de la muerte. A pesar de ser la morada de los difuntos, el Inframundo no era una región “estanca”. De hecho, los mayas creían que, en ocasiones, los fallecidos podían regresar al mundo de los vivos, interviniendo en los asuntos de éstos. Estas “visitas” aparecen reflejadas en algunas representaciones artísticas como, por ejemplo, en el llamado dintel 15 de Yaxchilán, donde se muestra a una mujer que presencia la aparición de un muerto, acompañado de una serpiente de gran tamaño que alude a su procedencia.
Dintel 15 de Yaxchilán. © British Museum.
Del mismo modo, los vivos también pueden realizar el viaje inverso, adentrándose temporalmente en el territorio de las tinieblas, especialmente durante los sueños o mediante del uso de drogas alucinógenas (ver anexo).
Esta comunicación es posible, entre otras cosas, por la existencia de vías de entrada y salida al Inframundo. Algunas de ellas son ciertos templos, como los denominados teratomorfos que abundan en la península del Yucatán. Estas construcciones se asemejaban a grutas artificiales –las cuevas se consideraban entradas a Xibalbá, al igual que lagos o cenotes– y penetrando en ellos se podía entrar en contacto con dioses y antepasados.
Otros edificios, de estructura laberíntica, habrían jugado un papel simbólico similar. En este caso podrían haber actuado como escenarios para el descenso ritual de los gobernantes mayas a Xibalbá, como explica el experto español Manuel Rivera Dorado. Estas ceremonias tendrían por objeto rememorar el descenso de los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué lo que les permitiría obtener una forma de legitimar su poder.
RITOS FUNERARIOS
Los arqueólogos encargados de estudiar los vestigios de las costumbres mortuorias de los antiguos mayas se han tenido que enfrentar a la dificultad que constituye la enorme variedad de tipologías de enterramientos. Los mayas practicaban tanto la inhumación como la cremación, y las variedades de las tumbas van desde simples agujeros en la tierra hasta ricas cámaras mortuorias. Algo similar ocurre con las posturas que presentan los cadáveres, colocados de mil formas diferentes.

De todos modos, y a pesar de esta gran diversidad, los estudiosos han podido determinar ciertas características. Generalmente, los difuntos eran enterrados en su propia vivienda o en los lugares donde habían ejercido su trabajo. En otros casos, han detectado varias fases en los enterramientos, que incluso podrían estar separadas por años. Primero se realizaría un entierro inicial para, años después, llevar a cabo el definitivo, que podría acompañarse de una limpieza de la osamenta, eliminando restos de carne y otras adherencias.
Paralelamente, en algunos enterramientos es frecuente encontrar diversos objetos que formarían parte del ajuar mortuorio, lógicamente con algún significado simbólico relacionado con la otra vida. Una de las piezas encontradas de forma recurrente consiste en una máscara (de jade, estuco o madera) que se colocaba sobre el rostro del difunto. Según los estudiosos, estas máscaras podrían haber servido para aludir al cambio de condición de su portador (de la vida terrena a la “subterránea”), constituyendo una especie de ceremonia de regeneración.
Templo de las Inscripciones, en Palenque, bajo el que se encontró la tumba del rey Pacal. Crédito: Wikipedia.
Otro de los objetos encontrados habitualmente junto a los difuntos, en ocasiones en gran número, es el espejo. En la compleja religiosidad maya, estos “mágicos” utensilios, capaces de reflejar las imágenes, constituían un inmejorable medio de contacto con Xibalbá, al que al mismo tiempo simbolizaban.
Todo parece indicar que este tipo de ritos funerarios estarían enfocados a favorecer el viaje del difunto al más allá, una circunstancia que algunos investigadores han comparado con las prácticas funerarias egipcias, donde también resultaban indispensable seguir correctamente una serie de pasos que garantizaban un exitoso viaje del difunto al más allá.
En muchas ocasiones, se han descubierto de forma paralela restos de otros difuntos junto al “principal”. Al parecer, estos cadáveres “secundarios” pertenecían a personas sacrificadas con la finalidad de que el difunto gozara de un acompañante en su viaje al Otro Mundo, como sucede en la tumba del rey Pacal de Palenque.
En otros casos, los fallecidos no se hacían acompañar en su viaje al más allá por víctimas de sacrificios, sino que contaban con el auxilio de habitantes del Inframundo, conocidos como wayob (literalmente, “espíritus compañeros”).
Estos seres residentes en Xibalbá no son dioses, ni tampoco espíritus comunes, pero su carácter sagrado les permite auxiliar al alma del difunto durante las distintas pruebas a las que se ve sometido en su viaje. En opinión de los especialistas en mitología y religiosidad maya, los wayob son espíritus protectores que actúan como psicopompos (guías de almas), dirigiendo a los fallecidos y haciéndoles comprender dónde se encuentran y cuál es su nuevo estado.
EL JUEGO DE PELOTA
Podría dar la impresión de que un juego practicado en una especie de cancha, en el que los participantes golpean una pelota de caucho para hacerla pasar por un aro de piedra, era un simple divertimento para los antiguos mayas, similar a nuestros deportes actuales. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. El llamado “juego de pelota” fue el rito religioso más importantes de los antiguos mayas, pues constituía una representación simbólica de uno de los relatos sagrados clave de esta civilización, íntimamente relacionado, de nuevo, con el Inframundo.

Según el Popol Vuh, dos hermanos divinos llamados Hun Hunaihpú (Uno cerbatana) y Vucub Hunaihpú (Siete cerbatana) estaban obsesionados con el juego de pelota, y pasaban horas y horas practicándolo. Un día causaron tanto alboroto con su juego que molestaron a los señores del Inframundo, quienes les retaron a descender para jugar con ellos. Tras una serie de pruebas a las que fueron sometidos, los dos hermanos murieron asesinados.
Recreación actual del juego de pelota. Crédito: Wikimedia Commons.
La cabeza de Hun Hunaihpú fue colgada de un árbol y los señores del reino de la muerte prohibieron tajantemente tocar sus frutos.
Sin embargo, la joven Ixchiq, hija de un señor de la muerte, se acercó un día al árbol y la cabeza de Hun Hunaihpú le escupió en una mano, dejándola embarazada. Temiendo la ira de su padre, Ixchiq escapó a la superficie, donde dio a luz a dos hijos: Hunahpú e Ixbalanqué. Éstos heredaron la pasión de su padre y su tío por el juego de pelota, y la historia volvió a repetirse. Un día, mientras jugaban, los señores del Inframundo les retaron a competir con ellos, y en su descenso fueron igualmente sometidos a distintas pruebas. A diferencia de lo que ocurrió con su padre, los gemelos lograron superar las trampas gracias a su ingenio y, tras realizar varios milagros, derrotaron y mataron a Uno Muerte y Siete Muerte, asesinos de su progenitor. Tras la victoria fueron ascendidos al cielo, convirtiéndose en el Sol y la Luna.
El relato de este particular descenso a los infiernos –como otros similares existentes en diversas culturas– constituye un auténtico viaje iniciático, durante el cual los aspirantes adquieren un conocimiento oculto, obtenido tras superar una serie de pruebas.
De este modo, cuando los antiguos mayas celebraban el juego de pelota, estaban rememorando el episodio mítico relatado en el Popol Vuh. No se sabe con certeza cuántos jugadores participaban en él, ni tampoco los detalles y reglas exactas de la competición, pero las representaciones artísticas conservadas y otros textos han permitido conocer algunas de sus características.
Así, se sabe que en ocasiones se arrojaban prisioneros desde lo alto de la cancha, a modo de sacrificio, o que a veces los propios reyes participaban en la macabra competición, simbolizando a los héroes gemelos, descendiendo al Inframundo y saliendo victoriosos del reino de la muerte. De este modo, vencían a la muerte misma.
La relación del juego con lo macabro no terminaba aquí, pues a menudo tras el partido se decapitaba a algunos de los jugadores. Un sangriento sacrificio que cumplía una función fertilizante y regeneradora.
ANEXO
SACRIFICIOS DE SANGRE
En la compleja mitología maya, los dioses poseían un poder limitado. Para subsanar esta carencia decidieron crear al hombre, que con sus ofrendas, oraciones y sacrificios les garantizaban el alimento y el sustento necesario para regenerar y sostener el cosmos.

Escena del film Apocalypto. © Touchstone Pictures.
Bajo esta concepción, los antiguos mayas no dudaban en derramar sangre –la de prisioneros o la suya propia– con la intención de satisfacer a los dioses y garantizar la continuidad del mundo. Los autosacrificios eran moneda común entre los mayas, quienes no dudaban en mortificarse atravesando partes de su cuerpo como las extremidades, la lengua o, más especialmente, los órganos sexuales, donde se creía que residía la sangre más fértil. Normalmente esta sangre se derramaba sobre papeles que se quemaban, de modo que el humo de la combustión elevara la ofrenda hasta los dioses.
En otros casos, los campesinos derramaban sangre sobre sus cosechas, con la esperanza de lograr la fertilidad en sus sembrados. Si lo que se deseaba era atraer a las lluvias, solía arrojarse a las víctimas a lagos o cenotes.
A menudo, los dioses requerían grandes cantidades de sangre para que el cosmos siguiera su curso normal, por lo que se realizaban sacrificios humanos múltiples, generalmente degollando a las víctimas. Si éstas eran prisioneros de guerra, solía procederse a extraerles el corazón previa sedación.
En el caso de los prisioneros sacrificados, su sangre poseía más valor si tenían un rango o status elevado, y algo sucedía con los autosacrificios de los monarcas: su sangre se consideraba mucho más poderosa que la del común de los mortales.
ANEXO
DROGAS PARA CONTACTAR CON LOS MUERTOS
Al igual que otras muchas culturas, los mayas se sirvieron del uso de drogas y bebidas alcohólicas para la celebración de ritos religiosos en los que se propiciaban estados alterados de conciencia. Por norma general, estos rituales tenían un carácter orgiástico, cuya finalidad era abandonar el mundo terrenal para adentrarse en las tinieblas del territorio de los muertos y los dioses, y recabar así su ayuda.

Entre las sustancias ingeridas se contaba el alcohol –en forma de balché, compuesto de agua, miel y la corteza de un árbol–, ciertos hongos alucinógenos y otras sustancias psicoactivas similares al LSD. Durante estas bacanales, a menudo celebradas en cuevas –como ya vimos, entradas al Inframundo– los participantes sentían que el alma abandonaba sus cuerpos y entraban en contacto con los antepasados y los dioses, a quienes acudían en busca de consejo.
BIBLIOGRAFÍA:
-RIVERA DORADO, Miguel. El pensamiento religioso de los antiguos mayas. Ed. Trotta. Madrid, 2006.
-RIVERA DORADO, Miguel.
Popol Vuh: relato maya sobre el origen del mundo. Ed. Trotta. Madrid, 2008.

jueves, 24 de marzo de 2011

El niño índigo

Los niños índigo

Nuevos Seres de Luz están poblando la Tierra con un alto potencial intelectual y una nueva conciencia interna. Estos niños vienen con la misión de romper los antiguos esquemas sociales que atan a la humanidad para lograr mediante la transformación de la humanidad abolir la infelicidad en la Tierra.
Desgraciadamente, este tema aunque no es nuevo, permanece todavía oculto ante los ojos de la generalidad de la gente. Nosotros creemos que es necesario conocer la esencia de estos niños, para estar a la altura de las circunstancias y no obstaculizar su proceso de evolución y el cumplimiento de su misión. Como padres, guías y maestros, podemos colaborar en esta bellísima labor.
Al tratar con niños de una nueva conciencia, los adultos nos veremos obligados a cambiar los antiguos patrones educacionales para darles a nuestros niños la libertad de expresión y de acción que mueve su alma, su esencia y su corazón.

Nuevos Niños, Nuevos Hombres
Una nueva raza humana, más sensible y democrática, menos autoritaria y manipuladora, ya comienza a poblar el Planeta. Se trata de seres especiales aunque tan terrenales como sus padres. Solo que, a diferencia de estos, traen consigo la tarea de propulsar cambios en la humanidad.
Bautizados como Niños Indigo, estos muchachos tienen la capacidad de ver mas allá de los espectros de la Luz, escuchar todo tipo de sonidos, incluso su propio fluido sanguíneo, y denotan una destacada hipersensibilidad táctil. "Los Niños índigo, como su nombre lo sugiere, no son Niños azules, sino que se les denomina así porque su aura, o campo energético, tiende a reflejarse dentro de los colores añiles, azules, manifestando la utilización de centros energéticos superiores", asegura Maria Dolores Paoli, especialista en Psicoespiritualidad.
Es por esto que se les adjudican grandes dosis de intuición, que se demuestra en el desarrollo de la telepatía, cualidades para predecir el futuro, y hasta reconocer la presencia de seres etéreos como hadas y duendes a su alrededor. Además, algunos menores llegan al mundo con el don de la sanación.

Pero, por qué vienen al planeta Tierra?
La Psicoespiritualidad es un concepto relativamente nuevo, que se refiere a la psicología transpersonal, donde se unen el conocimiento del Ego con el conocimiento del alma. Y según Paoli, la llegada de estos "nuevos hombres" no es casualidad, sino que tienen una tarea muy específica por delante. "Porque son puentes entre la tercera y cuarta dimensión, y el verdadero cambio lo activan en la familia, en el hogar", señala.
A juicio de la especialista, estos niños llegan al planeta con la misión de aumentar la rata vibratoria, y poseen mejores condiciones biológicas para manejar las impurezas creadas por el hombre, incluso un potencial de cambio en su ADN.
"Científicamente ya tenemos confirmación del cambio que aportan estos chicos, manifestándose en la activación de 4 códigos más en el ADN. Lo normal en los humanos es tener 4 núcleos que, combinados en sets de 3, producen 64 patrones diferentes, llamados códigos. Los humanos tenemos 20 de esos códigos activados que proporcionan toda la información genética. Exceptuando 3 códigos, que son los códigos de arrancar y parar como si fuese una computadora", añade la especialista venezolana.
Hasta ahora la ciencia ha considerado a estos códigos desactivados con programas remotos que hoy en día no necesitamos. Pero aparentemente los niños índigos nacen con un potencial de activación de cuatro códigos más, que se denota en un claro fortalecimiento del sistema inmunológico.
Esto ha quedado demostrado en estudios realizados en la Universidad de California (UCLA). Algunos de estos experimentos han consistido en mezclar células de niños índigos con dosis letales de virus de Sida y con células cancerosas, que no tuvieron efecto alguno en las células de los infantes. "La conclusión es que estos pequeños vienen con un sistema inmunológico fortalecido, manifestando inmunidad a las enfermedades".
Para la especialista, los Niños Indigo (termino reconocido a nivel internacional) nacen en cualquier clase socioeconómica y se caracterizan, básicamente, por poseer un nuevo estado de conciencia.
Sin embargo, destaca Paoli, ciertos rasgos físicos distinguen a los niños azulados del nuevo mundo: "Son más delgados, tienen ojos grandes, ligeramente abultado el lóbulo frontal, por lo general zurdos o ambidiestros. Comen poco, e incluso, algunos son vegetarianos por no soportar la carne", añade.
Y es que, según estima Paoli, en 1999 esta nueva raza ya abarcaba el 80% de la población infantil mundial, por lo general en querubines menores de diez años de edad.
De acuerdo a Paoli, la crianza y los valores que se transmitan a los niños de la actualidad, requiere de parte de padres y especialistas una revisión. Y para ello hay que tomar en cuenta, ante todo, que las criaturas de la Nueva Era no aceptan la imposición ni la autoridad, rechazan la manipulación, la inautenticidad y la deshonestidad. Tampoco aceptan los viejos trucos de la disciplina basados en crear temor y culpa.
"A estos pequeños seres les gusta ser tratados y honrados como individuos" apunta Paoli en su Material de Apoyo para la Educación de los Niños del Futuro. Por ello la especialista considera que la crianza emocional debe basarse en la visibilidad y transparencia.
"A los los niños índigo no se les debe avergonzar ni culparlos, mentirles ni gritarles. Por el contrario, hay que preservarles la autoestima. Se les debe brindar la posibilidad de elegir y, al mismo tiempo, evitar la comparación. Deben recibir disciplina sin emoción", agrega la psicóloga.
Otras características importantes para la crianza emocional de los infantes es estimular su excelencia, mas no la competencia entre individuos. Y, además, involucrar el buen humor. Según Paoli, existen palabras claves durante el proceso de enseñanza de los pequeñines, de acuerdo a su edad biológica, basados en las Siete Leyes Espirituales para los Padres. Por ejemplo:
Hasta el primer año de vida: los vocablos esenciales son amor, afecto y atención. "A los bebes hay que tocarlos, abrazarlos, proveerles mucha seguridad y, además, jugar con ellos", explica.
Entre el primer y segundo año: Hay que resaltar los términos libertad, respeto y estimulo. "Durante esta etapa se prueba el desapego a los padres. No hay que condicionarlos a travás del temor. Hay que evitar que el niño conecte el dolor como sinónimo de malo, de debilidad. Si así fuese no habría espacio para el crecimiento espiritual", afirma Paoli.
Entre los 2 y 5 años: Merecimiento, explorar y aprobar, son las palabras claves, época de transición entre el Yo Soy y el Yo puedo. "Si le reprimimos el sentirse poderoso no se lograra que sea un adulto capaz de enfrentar cualquier reto", enfatiza la especialista.
Entre los 5 y 8 años: el niño ya asimila conceptos más abstractos. Por ello hay que manejar los términos dar, compartir, aceptación, verdad y no juzgar. "A ellos les encanta compartir cuando sienten amor. Si se les enseña que para dar tienen que perder algo, entonces no aprenden el verdadero significado de dar. En cuanto a la verdad, deben aprender que va acompañada de un sentimiento agradable y no como antesala a un problema, en caso de ocultarla".
Entre los 8 y 12 años: El niño ahora convertido adolescente, requiere que los padres manejen términos como la experiencia, la responsabilidad y el estar alerta. "Los que aprendieron las lecciones de la crianza espiritual, entonces reflejarán la confianza de sus padres. De lo contrario, se encontrara confuso, cederá a las presiones amistosas y buscará experiencias indiscriminadas".
De acuerdo a Paoli, los colegios y demás centros educativos, deben estar atentos para reconocer la presencia de niños índigos dentro de los salones escolares. A su juicio, estos particulares alumnos no funcionan con los métodos de enseñanza tradicionales. Por el contrario, "aprenden de forma reflexiva y participativa, mas no mediante la memorización. Por ello no extraña que a muchos de estos pequeñines se les califique como niños problemas, ya que se dispersan con gran facilidad durante las clases".

La Misión de un Niño Indigo
Los niños índigo son sanadores por excelencia, ellos tienen la capacidad de drenar, equilibrar y elevar la energía de quién lo rodea. La frecuencia vibratoria de estos niños, permite sanar utilizando solamente su energía. Al principio ellos "no saben" que pueden hacerlo, pero o tienen en conciencia, actúan instintivamente en ello, pudiera ser que tu menciones frente a un niño índigo de dos años de edad que te duele la cabeza, entonces el instintivamente te dice "¿te duele aquí?", dirige su manita a tu cabeza… y en unos segundos tu dolor desaparece. Esta faceta de sanación es una característica sobresaliente en los niños índigo, ya que todos son sanadores, sin excepción.
Un niño índigo viene a elevar la energía del planeta y de sus habitantes, son quienes ayudarán a trascender de nuestra tercera dimensión a la cuarta, para ello tienen que trabajar en el cambio de conciencia de los seres humanos que siguen actuando bajo normas, preceptos y estructuras ya caducas. Esto implica realizar cambios en todo el sistema, en la familia, la educación, las formas de gobierno, los valores, los roles, etc. Todo lo que por caduco estorba tanto para el desarrollo del ser humano, como para el planeta entero.
Esta filosofía o misión puede sonar bonito y hasta poético, pero no es una tarea fácil ni para los niños ni para los padres, que continuamente se verán sometidos al enfrentamiento de su propia realidad, desarrollándose una enorme confusión, sobre todo en la educación de los niños, ya que pocos estarán preparados para esto, solamente los padres de un niño índigo que tengan una conciencia diferente, un cierto grado de evolución, podrán hacerlo bien, ya que podrán comprender al niño, su misión y le ayudarán a llevarla a cabo sin obstaculizar.
¿Es su hijo un Niño Indigo?
Para descubrirlo, hágase estas preguntas:
1. ¿Vino su hijo al mundo con un sentido de realeza y actúa como tal?
2. ¿Tiene un sentimiento de merecer estar aquí y ahora?
3. ¿Tiene un evidente sentido de identidad?
4. ¿Tiene dificultades con la disciplina y la autoridad?
5. ¿Se rehúsa a hacer ciertas cosas que se le ordenan?
6. ¿Es para su hijo una tortura esperar haciendo colas?
7. ¿Se siente frustrado hacia sistemas estructurados y rutinarios que requieren poca creatividad?
8. ¿Encuentra mejores maneras de hacer las cosas que las que les sugieren en la casa o la escuela?
9. ¿Es su hijo un inconformista?
10. ¿Se rehúsa a responder a la manipulación o el manejo mediante el uso de la culpa?
11. ¿Se aburre fácilmente con las tareas que se le asignan?
12. ¿Tiene síntomas de Desorden de Atención o hiperactividad?
13. ¿Muestra capacidad intuitiva?
14. ¿Es particularmente creativo?
15. ¿Demuestra empatía o preocupación por los demás?
16. ¿Desarrollo pensamiento abstracto a muy temprana edad?
17. ¿Es muy inteligente y/o dotado?
18. ¿Ha descubierto su hijo la disposición a soñar despierto?
19. ¿Tiene su hijo una mirada profunda y sabia?
20. ¿Manifiesta pensamientos o conceptos espirituales con naturalidad?